Vida
Karim y la Negra
La Negra caminaba por los tejados con tedio, pensativa, contoneando su tristeza. De repente, cuando empezó la lluvia, lo vio: era blanco y delicado como una figura de hielo; sus ojos, ligeramente azules e infantiles, eran un río dormido que pugnaba por salir y arrastrar con su pasión todo a su paso. La Negra sintió un escalofrío en el lomo y quedó paralizada.