Nurunji era un gatito callejero abandonado y mal cuidado cuando lo encontré tirado en medio de la calle casi a punto de ser atropellado por un carro. Desde el día que tuve la suerte de encontrármelo ha sido un buen compañero. Él siempre se quedaba despierto hasta que duerma, se quedaba acompañándome hasta tarde cuando tenía que hacer mis trabajos para la universidad. Siempre le ha gustado dormir al lado mío, meterse debajo de las cobijas y acostarse a mi lado.
Cuando era más pequeño me tocaba llevarlo a clases en su transporte porque lloraba mucho cuando tenía que irme a la universidad. No miaba ni hacía ruido cuando estaba conmigo en las clases. Después que él creció y ya pudo subir los muros, ya podía ir a clases sin necesidad de traerlo. Mas siempre estaba encima del muro esperándome a que regresara y venía a abrazarme con sus patitas delanteras las piernas. Maullaba de la alegría cuando me venía venir caminando la calle. Él siempre estaba esperándome. Inclusive mantuvo esa costumbre cuando me pasé a vivir a un departamento.
Mi gato siempre fue muy apegado a mí. Hasta que tuve que separarme de él para irme a estudiar a otro país. Mas él hasta ahora se acuerda de mí. Cuando he podido irlo a visitar siempre me lame las manos y me sigue.
Al Nurunji le gusta la música de las cajas musicales. Una vez compraron una tarjeta musical que siempre que tocaba esa música tipo caja musical, él venía a acercarse. Le encanta ese tipo de música suave. Pienso que debe ser porque Nurunji es muy dulce y cariñoso.
A mi gato le encanta tomar agua de la llave. Nunca le gustó tomar agua de su recipiente de agua. Siempre miaba y pedía para que le abran el grifo. Si no querían, el Nurunji comenzaba a tirar los objetos de la sala y de la casa. Los empujaba con su hociquito para que le hicieran caso, esa siempre fue su forma de reclamar cuando no querían hacerle algo. Como no siempre había alguien dispuesto a abrirle la llave de agua me tocó comprarle una fuente de agua propia para gatos, que siempre tiene agua corriente.Nurunji ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en los últimos años. Ahora él ya está viejito. Mas todavía sigue siendo juguetón. Necesita una dieta especial porque tiene problemas en los riñones. Mas estoy haciendo todo lo posible para que el Nurunji esté con nosotros más años. Es un animal que vino a mí por casualidad y debe ser que vino por algo, pienso que para hacerme compañía durante mis estudios. Fue un regalo inesperado del universo.
Texto: Astrid Altamirano
Fotos: Francisco Lizarazo
0 comentarios